Fernando García Córdoba
Rosario Trejo García
Anselmo Hernández Quiroz
Henry Moore Tres figuras de pie. 1947-48 |
Resumen
Un Plan de Acción Tutorial (PAT) es un marco estructural de actuación que brinda un sustento y respaldo, desde la institución educativa, a la labor tutorial. Ésta última no puede realizarse al margen del plan curricular y la lógica administrativa vigentes, ya que es una tarea que se agrupa en diversos ámbitos del currículo y otros que son estrictamente de carácter académico, pero que resultan necesarios para generar un desarrollo integral. Dicho proceso de acompañamiento personalizado dirigido a un alumno, a un equipo o a un grupo de estudiantes integra un conjunto sistematizado de acciones distintas a la docencia, pero que a la vez son complementarias de ésta. Por lo cual, habitualmente ocurre en espacios y tiempos diferentes a las prácticas que se realizan para cubrir los programas de estudio. Se requiere entonces de un cambio en la organización, de suerte tal que la tutoría quede integrada al natural quehacer educativo de la institución, y para esto se presentan en el presente trabajo algunas tácticas propicias para llevar a cabo el Plan de Acción Tutorial.
Tácticas del PAT
Cualquier recomendación, estrategia o táctica que sea propicia al desarrollo de un Plan de Acción Turorial debe comenzar resaltando en primera instancia, la labor conjunta de los turores, alumnos y autoridades institucionales. Es sólo en estas condiciones de cooperación en las que se puede aspirar a que la tutoría resulte exitosa. Además será preciso que ésta se realice a partir de lo siguiente (Soria Nicastro, 2002):
· Información oportuna y confiable acerca del tipo de alumno, sus estilos de aprendizaje, su historia y contexto personal.
· El dominio del proceder educativo experto, para ser un buen docente.
· Estrategias de intervención para favorecer el aprendizaje y crecimiento
El acierto tanto de la tutoría como del PAT descansa en gran medida en la calidad de sus tácticas, las cuales son muy diversas. En seguida se abordan aquellas más estrechamente vinculadas con la tutoría, iniciando con el propio proceder del tutor, después se exponen algunas estrategias de aprendizaje y finalmente se describe cuáles son los rasgos deseables en un alumno que es el resultado esperado en la implementación de un PAT.
Proceder del Tutor
La tutoría —en un sentido más restringido— se ha tomado como el quehacer académico consistente en orientar al estudiante en su trayectoria escolar. En este artículo se aplica en un sentido más amplio, en tanto que queda involucrado el desarrollo personal emotivo y social, del sujeto. En tal acepción se procura lograr una educación integral que aproveche lo que ocurre tanto dentro como fuera del aula para conseguir asentarla en los cuatro pilares básicos que determina la Comisión Internacional sobre Educación de la UNESCO presidida por Jacques Delors: aprender a conocer (aprender a aprender), aprender a hacer (aprender a emprender), aprender a convivir y aprender a ser (Bisquerra Alzina, 2002).
En un esquema muy general se pueden establecer las tareas básicas del tutor y tenemos entonces conforme a Sánchez (1979 en Pere Arnaiz, 2001).
Para con los alumnos considerados individualmente:
· Conocer la historia académica del alumno (llevar al día un expediente).
· Conocer el perfil del alumno (aptitudes, actitudes, intereses y posibles dificultades).
· Conocer su capacidad de adaptación e integración social dentro y fuera de la escuela.
· Ayudarlo en lo escolar y lo social.
Para con los alumnos como grupo:
· Estimular la idea de grupo.
· Conocer su dinámica y propiciar que se reúna, aspire, discuta, razone y se organice.
· Estudiar su rendimiento académico.
· Favorecer la confianza.
· Tener en cuenta las actitudes positivas para coordinación, información y planificación.
En este contexto el tutor deberá de incorporar en su quehacer numerosas habilidades entre las que se tienen:
· Respeto por los otros.
· Evitar prejuicios o guiarse por las primeras impresiones.
· Comprometerse con su labor.
· Generar cordialidad, honestidad y cooperación en sus interrelaciones.
· Aceptar los fracasos tanto los propios como los de los demás (alumnos y compañeros).
· Promover expectativas altas.
· Precisar criterios de desempeño, claros y medibles.
· Favorecer la tarea de asesoría con él y entre los demás tutores y alumnos.
· Fortalecer el desarrollo en las áreas en que él sea débil (Soria Nicastro, 2002).
De igual manera ha de poseer información teórica relativa al desarrollo académico y personal de los sujetos a partir del cual determine causas, efectos, tácticas y procedimientos apropiados para efectuar intervenciones adecuadas. Sin embargo en cada caso deberá de sopesar las condiciones frecuentes y excepcionales que particularicen la situación a la que se enfrenta y en esta razón intervendrá con la generalidad o particularidad que el caso lo amerite proporcionando:
· Metodologías para lograr un desarrollo en diferentes ámbitos.
· Ayuda para analizar posibilidades y limitaciones.
· Disponibilidad para la asesoría.
· Respaldo ante las dificultades y obstáculos.
· Estimulación de los potenciales del sujeto.
· Bibliografía apropiada y accesible.
· Recomendaciones con especialistas favorables a la situación.
· Interés por el logro de metas.
· Motivación e información relativa a actividades complementarias.
· Información a directivos y a la propia institución para que apoye la toma de decisiones.
· Colaboración a y con otros participantes (García Ramos y Gálvez Hernández, 1996).
Estrategias de enseñanza-aprendizaje
Para un tutor, como lo señala Asti Vera (1960), aprender en sentido amplio, es el más grande de los placeres de la humanidad, por pequeña que sea su capacidad para ello. Sin embargo, deberá de programar actividades de aprendizaje diferenciadas conforme a los niveles de desarrollo y estilos de aprendizaje de los alumnos. Además, ha de procurar que sus intervenciones y actividades logren accionar el desarrollo de la personalidad del alumno, poniendo énfasis en fortalecer la autoestima, el control personal y emocional, así como generar motivación para aprender de manera continua e independiente. De igual manera, evitará la comparación y la exclusión entre los alumnos. Es con todos estos cuidados que logrará propiciar la alegría en el aprendizaje (Ruiz Iglesias, 2002).
Es recomendable que las experiencias que tengan los alumnos sean de diversas categorías para que adquieran vivencias y habilidades diversas en contextos distintos. Es un paradigma centrado en el aprendizaje del alumno en torno a un aprendizaje significativo. El alumno va a su propio paso y estilo, aprende haciendo cosas dentro y fuera del aula, organiza su tiempo libre y desarrolla una disposición al aprendizaje. Logra acreditar la posesión y manejo del conocimiento más que cumplir con horas de clase y acreditar exámenes. La tarea del tutor es diseñar experiencias de aprendizaje significativo, enseñar, monitorear, administrar, evaluar y controlar el aprendizaje. En ello, el recurso central lo constituyen las lecturas previas a la sesión de trabajo que se convertirán en verdaderos talleres de activación de conocimientos anteriormente adquiridos. Estas sesiones se apoyan en una metodología de carácter constructivista, en tanto que parten de captar que el alumno va “edificando” su saber, el cual descansa en el conocimiento que posee. Es así que procura el seguimiento de los avances que logra el alumno o el grupo en conjunto, promoviendo tareas individuales en pequeños equipos o para todo el grupo. De igual manera, brindará atención a nivel personal o grupal, respondiendo necesidades académicas o personales.
Aunque una de las tácticas más habituales para la labor tutorial es el uso de textos, este recurso debe de superar los procedimientos de memorización. La intención es enseñar a procesar información, a dominar y manejar el conocimiento. Es por ello, que a partir de la lectura se puede solicitar:
· Un mapa conceptual.
· Un resumen.
· El análisis del texto.
· Una crítica.
· Una determinación de los valores latentes.
· La búsqueda de significados de las palabras nuevas.
· Un ensayo en el que se aborden las ideas centrales propuestas en el texto.
· Un análisis de congruencia interna.
· Una determinación de los supuestos en los que descansa el texto,
· etcétera.
Actividades más precisas y minuciosas, para el manejo de información contenida en un texto, pueden ser las que proponen Mardones y Ursúa, (1988) entre las que están:
· Identificar los asuntos generales del texto: ¿Cuáles son los problemas fundamentales planteados por el autor? ¿Cuál es la idea principal? ¿Cómo se fundamenta dicha idea? ¿Qué problemas de comprensión presentó la lectura del texto? ¿La exposición de la idea principal convence? ¿Se pueden cuestionar algunas afirmaciones? ¿Se puede formular un planteamiento contrario? ¿Se abordan cuestiones que no se resuelven? ¿Se pueden aclarar tales cuestiones? ¿Qué ha descubierto este texto?
· Establecer asuntos relativos a varios textos: ¿Cuáles son los puntos fundamentales en los que se pueden resumir las posiciones de cada autor? ¿En qué puntos se dan las principales diferencias? ¿Dónde coinciden? ¿Hay posturas intermedias? ¿Dónde están los puntos más débiles y fuertes?
· Abordar cuestiones relativas a puntos especiales: ¿Cuál es la génesis de la idea central? ¿Cuáles los conceptos centrales? ¿Qué objetivo persigue el autor? ¿Qué autores se usan para fundamentar el texto? ¿A qué teoría remite el texto? ¿Los argumentos que sustentan la idea central son convincentes?
· Efectuar un análisis lógico-lingüístico del texto: ¿Cómo se definen los conceptos? ¿Hay precisiones en su formulación? ¿Qué clase de proposiciones utiliza? ¿Los argumentos son lógicamente consistentes?
En un planteamiento amplio, el Dr. Oscar Soria Nicastro (2002) describe estrategias de apoyo a la tutoría que comprenden actividades más complejas que la lectura de textos. Son ocho estrategias por él referidas como Modalidades de Experiencias de Aprendizaje:
· Obtener información. Involucra localizar textos, sonidos, imágenes, palabras, situaciones, etcétera. Pero se realiza, sobre todo, para comprender y asimilar ideas. El estudiante en esencia deberá de obtener datos y reflexionar con respecto de ellos. Lo importante es que logre hacerse, procesar, determinar, organizar, evaluar y usar la información. Esto le será útil para toda su vida.
· Internalizar. Se requiere de que la información sea integrada al saber que ya se tiene, que se incorpore como hábitos, destrezas y habilidades. Que deje de ser sólo información para que se conforme en un conocimiento que le sea significativo al sujeto. Es necesario realizar actividades que involucren un esfuerzo de retención e integración para que el saber le sea propio y no lo olvide.
· Simulación. Son actividades mediante las cuales se pone en práctica lo aprendido en situaciones que se idean, se propician o se toman de la vida diaria para que el alumno ponga en práctica lo que ha aprendido. Puede ser una situación real o simulada de carácter profesional o social en el cual el alumno pueda manipular ciertas condiciones y observar los resultados sin consecuencias graves para nadie. Lo recomendable es que sea lo más próximo a la realidad.
· Analizar. En este caso el sujeto se enfrenta a una situación que debe de ser comprendida, esto es, descifrada por el sujeto. Tiene que lograr describir o explicar, a partir de sus conocimientos, qué es lo que acontece. Es necesario descomponer el todo en sus partes, conservando el sentido de totalidad, para comprender el fenómeno. Apoyado siempre en conocimientos que le permitan sustentar sus afirmaciones.
· Solucionar problemas. El sujeto ha de determinar una respuesta acertada para un planteamiento o situación concreta. Se le proporciona información respecto de algo, pero la situación es novedosa para él ya que desconoce la respuesta. No es el caso de un dato que tenga que ser recordado, es una situación que requiere de resolver una cuestión, atender una demanda o hacer que algo ocurra.
· Diseño y construcción de modelos. El alumno debe de lograr mediante un texto, un diagrama, una ecuación, una maqueta, un mecanismo, un dibujo o cualquier otro recurso, la representación de un concepto, objeto, fenómeno, situación o cualquier idea que se le solicite.
· Prácticas en situaciones reales. El alumno presta un servicio profesional en un ámbito concreto que le requiere de un saber especializado para actuar eficaz y eficientemente. Debe de contar con una asesoría pero el peso recae en su participación y en las decisiones que tome. Es analizar situaciones, conceptuar lo que ocurre, modelar explicaciones respecto de lo que está pasando, diseñar e implementar soluciones reales, con todas las consecuencias que su intervención conlleve.
· Generación de innovaciones. Es cuando el tutorado aporta algo nuevo de carácter teórico o práctico que no le ha sido enseñado y que es producto de lograr la madurez en los conocimientos. Proporciona nuevas ideas, originales en tanto que no existían y ahora es él el que las genera. Es descubrir nuevas verdades, hechos, enriquecer algunas ya existentes, precisar algunas. Genera algo propio, producto del crecimiento personal.
Apoyos a la labor tutorial
Aún cuando la tutoría es una atención individualizada que, en principio, sólo requiere del tutor, son necesarios numerosos apoyos ofrecidos por la institución y la familia. La escuela es la que ha de organizar, como entidad de lo social y proporcionar las condiciones para que los objetivos del PAT se cumplan. En este sentido, ha de proveer a los tutores:
· Tiempo para ajustar sus labores y llevar a cabo las tutorías.
· Espacio apropiado y suficiente para atender sin interrupciones y con la debida privacidad y confort.
· Recursos materiales para efectuar con profesionalismo su labor.
· Una organización que prevea la infraestructura, apoyo logístico y operativo para planear y llevar a cabo las labores individuales y grupales de la tutoría.
· La programación general de actividades académicas y de tutoría.
· Reuniones periódicas de capacitación, apoyo y seguimiento.
· Controles para la planeación y registro de tutorías.
· Registro, manejo y resguardo de expedientes.
· Difusión y promoción de las labores de tutoría.
· Una instancia de coordinación entre tutores y con otros departamentos. involucrados en las labores que se realicen.
· Una normativa básica para el ejercicio de la tutoría.
· Respaldo oficial a la labor del tutor para ejercer y para tener acceso a la información que le sea necesaria.
La familia también se debe de constituir en un elemento activo de la tutoría; en razón de que, es el núcleo primario de socialización. Es necesario establecer contacto con ella para sensibilizarlos y lograr su cooperación para evitar contradicciones o desconfianza que dificulte el desarrollo adecuado del alumno. En ocasiones, será necesario no sólo, su consentimiento sino su participación entusiasta, sobre todo si se han de enfrentar problemas o complicaciones en la formación del alumno. El entorno familiar es parte sustantiva en el proceso madurativo, de ahí la necesidad de lograr una estrecha comunicación, comprensión y cooperación La familia procura o no de apoyo del alumno.
Resultado de la tutoría
Álvarez (1996) refiere que son numerosos los estudios que señalan los efectos positivos de las tutorías que desarrollan la confianza y autoestima, a partir de que los tutorados logran conocer y aprovechar sus habilidades intelectuales. Todo lo cual posibilita el manejo de contenidos y un desarrollo integral. Para García Ramos y Gálvez Hernández (1996) el alumno que es tutorado logra conocer y aprovechar del mejor modo posible los recursos que el centro educativo le ofrece, es así que mediante una educación personalizada, se obtiene de los estudiantes:
· Singularidad. El alumno se reconoce como único y diferente de los demás y de ahí se constituye a partir de sus posibilidades y limitaciones.
· Autonomía. El tutorado logra el gobierno de sí mismo así como la posesión y uso efectivo de su libertad y se responsabiliza de sus decisiones y acciones. Elegirá qué quiere ser y procederá en consecuencia.
· Apertura. Los estudiantes que han sido tutorados, desarrollan una capacidad comunicativa que se apoya en la aceptación de sí mismos y de los otros. Logran apertura hacia posturas distintas a la propia, lo que dinamiza la colaboración académica, política, social, etcétera.
El Dr. Oscar Soria Nicastro (2002), enumera con detalle las características de un profesional, las cuales consideramos estarán presentes en aquel que sea formado en una institución que cuenta con un Programa de Acción Tutorial efectivo. Así tenemos que el sujeto aprende y posee ahora:
· Conocimientos:
o Identifica fuentes de información confiables.
o Distingue hechos de opiniones.
o Emite juicios.
o Planea su tiempo de estudio.
o Desarrolla la metacognición.
o Identifica su estilo de aprendizaje.
· Habilidades:
o Lee, comprende y sintetiza textos en su idioma.
o Lee, comprende y sintetiza textos en otro idioma.
o Realiza búsquedas efectivas en la red.
o Identifica los valores centrales propuestos del autor.
o Discrimina información irrelevante.
o Define conceptos.
o Elabora cuadros sinópticos.
o Registra datos.
o Consulta diccionarios y enciclopedias.
o Contrasta autores.
o Logra potenciar sus fortalezas y minimiza sus debilidades.
Finalmente, además de lo anterior logrará contar con un criterio propio que es producto de lograr hacerse de un Pensamiento Crítico, el cual consideramos como el principal logro de un PAT. Este tipo de pensamiento es descrito por el Dr. Soria y señala de él las siguientes características:
· Distingue entre hechos verificados y creencias e información relevante de irrelevante.
· Determina la veracidad de una afirmación y la credibilidad de una fuente.
· Identifica los argumentos ambiguos, los supuestos y las falacias lógicas.
· Reconoce las inconsistencias lógicas de un razonamiento.
· Determina la fuerza de un argumento.
Comentarios finales
Podemos inferir por lo planteado que el tutor requiere de un entrenamiento conceptual y práctico de la labor tutorial en un ambiente de ecuación de masas, por ejemplo. El principal problema con el que se enfrentaría la acción tutorial será el procurar, brindar una atención individualizada cuando las condiciones no le sean favorables. Los docentes y también los tutores, señalan la falta de tiempo necesario, para atender eficazmente a los alumnos que requieren de su atención. Y ni qué decir de los que, producto de su buen servicio, empiecen a demandar la misma atención (Soria Nicastro, 2002). Sin embargo, la masificación de la atención, la premura del tiempo y escasez de espacios es lo que propicia el sentimiento de anonimato en los alumnos y justo lo que determina la necesidad e importancia de la atención tutorial que provea de un desempeño de impacto en la educación.
Sólo el diseño de un PAT consistente, y la selección y delimitación de las estrategias del mismo, aseguran el logro de seres íntegros que respondan a las expectativas de una sociedad habituada o cansada de los fracasos del sistema educativo.
Bibliografía
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